Crónica Cantillana – Las Llanas 12/10/2015
Día encapotado se nos presentaba en nuestro tercer día de puente en pleno festejo de la hispanidad, pero la sangre montera tiene más fuerza que cualquier adversidad, y como regalo a nuestra afición cinegética, una afición que mueve montañas y nubes, el cielo se abrió ante nosotros para ofrecernos un buen día de montería en la gran finca de Cantillana La Nueva.
En este día nuestro grupo, Monteros del Hito, monteábamos la parte de las Llanas, en una de las monterías más tradicionales de la Sierra de San Pedro.
El día comenzó en nuestro punto de reunión habitual en la localidad cacereña de Aliseda, en el Restaurante la Montería, donde nos congregamos todos los amigos para recordar una vez más los lances vividos en los dos días anteriores y desearnos suerte para la gran montería que nos esperaba en Cantillana.
Tras coger fuerzas con las deliciosas y famosas migas que David nos tenían preparadas, saltamos de nuestra silla emocionados al escuchar la voz de Jesús que nos reclamaba en torno a la mesa del sorteo, para vivir los nervios de escoger entre los puestos que sorteaban a la salida de cada armada, y nombre tras nombre en el orden que la diosa fortuna proclamaba, todas las armadas salieron dirección a la finca para colocarse.
Las armadas seguían llegado a Cantillana y los primeros disparos de las armadas más adelantadas resonaban por la finca. Con la colocación de todas las armadas las caracolas anunciaban la suelta de las rehalas, y el ladrar incesante de los perros delataban el comienzo de las carreras de los venados y gamos por la finca, con el consecutivo inicio del festival de disparos de todas las armadas.
Solo el sonido del tren conseguía distraer nuestra atención de la montería por solo un instante, pues cualquier distracción podía jugarnos una mala pasada, haciendo que durante semanas soñásemos con ese gran venado de Cantillana que se nos coló.
Pero los monteros acertados en su mayoría conseguían abatir con destreza a los venados y aún más difíciles gamos, que con sus pequeños saltos producen un lance ondulado en el que el disparo se hace más que difícil. La mañana montera se transformaba en tarde y la llegada de los perreros de vuelta dio por concluida la montería, y tras el aviso de Jesús, los postores fueron recogiendo las armadas a la vez que comentaban los grandes lances vividos y se marcaban los animales abatidos para su recogida. Ya montados en nuestros vehículos la lluvia que nos había respetado durante la montería, hizo acto de presencia para descargar en unos instantes todo lo que había retenido durante nuestra andadura montera.
Pero ya poco nos importaba la lluvia con la emoción que llevábamos en el cuerpo y con el delicioso sabor de la comida que nos tenía preparado el catering en el cortijo de la finca a nuestra llegada.
Tras saciar nuestros estómagos cogimos fuerzas para recibir la llegada de los trofeos, que un incesante goteo no dejaban de llegar llenando las salas de increíbles trofeos, con unos venados preciosos típicos de Cantillana y con la gran sorpresa en la llegada de los gamos abatidos, pues entre ellos se encontraba un enorme ejemplar que el año pasado sorteo con sus hermanos todos los puestos, pero que este año quiso poner el broche de oro, y nunca mejor dicho pues tras la medición arrojo una puntuación de 195 puntos, siendo por lo tanto un medalla de oro alto.
Los flashes se prepararon para inmortalizar este gran día que queda en el recuerdo de los 45 afortunados que acudieron a esta gran montería en Cantillana, y no era para menos pues contabilizamos 28 Venados con ejemplares inmejorables, 3 jabalíes y 5 gamos para cerrar el comienzo de esta temporada de monterías 2015 y 2016.
Para terminar agradecer a todos los amigos monteros que acudieron su respeto en el campo por este arte milenario de la caza, a los postores, muleros y rehaleros por el trabajo profesional que realizaron, gracias a la labor en la finca de Celestino y Pedro, y por su puesto dar las gracias a la propiedad por dejarnos disfrutar de este paraíso cinegético.