Crónica La Raposera 04/11/2012
Después de que durante toda la noche hubiera estado diluviando en la zona, comenzamos el sorteo decididos a montear a pesar de que seguía lloviendo con fuerza, puesto que según las previsiones (ya se equivocan poco), sobre mediodía dejaría de llover y estaba la mancha a mi criterio ideal para cazarla.
No me equivoqué, pues fue un festival de disparos desde antes de soltar los perros, tiraron en todas las armadas, pocos fueron los que no dispararon pues los innumerables guarros que estaban encamados en la mancha, hacían las delicias de monteros y perreros, que veían como a causa de la inmensa crecida del río, los cochinos llegaban a “boca ribero” y se daban la vuelta hacia los perros. Se contabilizaron 272 tiros, las ladras no cesaron durante toda la mañana, era un ir y venir de cochinos y reses, en resumen un agradable día de caza que además y cumpliendo los pronósticos, cesó la lluvia aproximadamente a la hora prevista.
Destacar el puesto de nuestro amigo Juan Carlos a quién nada más llegar acompañado de toda la familia, le entró una piara de 18 cochinos, quedándose con cuatro, si, uno con cada disparo con un rifle de cerrojo, lo que completó posteriormente con un bonito venado y una cierva.
Hacía las dos de la tarde se dio orden a las rehalas de no batir más la mancha y dirigirse a los camiones, pues a pesar de las muchas ladras que todavía se oían eran a marranchones de 25-30 kgs., que preferíamos quedar para la próxima temporada. No olvidará esta montería tampoco el amigo Luis que abatió un guarrazo, que será medalla seguro y sólo hay que esperar al color del metal, lo que hizo que en la junta de carnes se contabilizaran 16 venados, 38 cochinos, pues uno lo cobramos al día siguiente a la otra orilla del río y 16 ciervas.
Una alegría para propiedad y organizador, puesto que hasta ahora no habían ido las cosas como se esperaban y esto cuando tienes ganas de agradar siempre, te va minando por dentro, pero confío que sea un punto de inflexión en los resultados, que al final y a pesar de todo, son los que cuentan. Un monterión.