Crónica Matapegas 02/11/2013

Después de que la pasada temporada la lluvia y el viento no nos dejara montear en condiciones la mancha, ésta teníamos mucha esperanza puesta en la misma, pues deberían estar las reses que no se abatieron, más las normales de cada temporada.

Como la montería es grande, se soltaron las 20 rehalas en cuatro sueltas distintas un poco más tarde de lo habitual, pero ya antes de soltar se escuchaban las primeras detonaciones que hacían presagiar que no nos habíamos equivocado en nuestras expectativas, a pesar del calor que hizo y teniendo en cuenta que el viernes había sido festivo y por lo tanto la mayoría de las recovas habían cazado, los perros trabajaron bien hasta que pudieron, incluso hubo uno de ellos que pagó con su vida la afición, ya que murió literalmente reventado por el esfuerzo, lo que hizo que muchos de los guarros que había en la mancha se quedaran allí, al ser un monte fuerte en la mayoría de las zonas

No obstante el tiroteo fue continuo y muy repartido por todas las armadas, contabilizándose al final de la jornada 20 venados, 16 cochinos y 6 ciervas, ya que habíamos autorizado sólo a dos armadas a que pudieran tirar una, para no decrecer la población de cervuno, el atractivo de esta finca con una de las manchas más bonitas de Extremadura, es la calidad de sus reses, lo que quedó patente en los ocho trofeos que destacaban del resto, pues había venados de 14 puntas y alguno que habrá que medir, calidad excepcional para finca abierta, que hizo las delicias de los afortunados que lograron abatirlos, como Darío Morgado, Juan Breda, Juan Molguero o el amigo Valcarcel con el trofeo más bonito del plantel, sin embargo al contrario de lo habitual ninguno de los cochinos destacaba, quizás porque los grandes macarenos se marcharon unos sin tirar y otros que se fallaron incluso en los llanos.

Pero la satisfacción era generalizada entre los asistentes, con el aliciente de tener el honor de hacer un nuevo novio, que desde el sábado se ha ganado su derecho a montear entre nosotros y terminamos como siempre con una buena comida y alguna copa tertuliana.